22 de marzo Día Mundial del Agua

Día mundial del Agua: ¿entenderemos el mensaje?

Por Octavio Álvarez
Profesor de Historia y Geografía

Este día se comenzó a celebrar en 1993, después de la realización de la Conferencia de las Naciones Unidas sobre el Medio Ambiente y el Desarrollo de Rio de Janeiro, donde se adoptó la resolución de declarar el 22 de marzo de cada año como el Día Mundial del Agua. Esto se hizo con el fin de sensibilizar a todos nosotros sobre esta problemática.
Es necesario entender la relevancia de este líquido esencial ya que, sin ella, no tendríamos las actividades sociales y económicas que contamos, porque además, debemos considerar que no toda el agua dulce por diversos motivos es de calidad y de consumo humano. Recordemos que el agua dulce debe ser “segura” es decir, que no provoque enfermedades, más aún, sabiendo que los primeros en ser afectados son los menores de edad y que a lo menos, mueren a causa de diarreas unos 700 niños al año en el mundo.
En el caso específico de la región, tenemos problemas de acceso al agua de varios sectores sobre todo en los rurales y más arriba de los embalses, lo que nos lleva a meditar cual debe ser el accionar de todos para enfrentar esta situación, sabiendo de las condiciones de clima que tenemos y la variación que se ha ido agudizando por diversos factores en el cual, los seres humanos tenemos responsabilidad, como ser; tener emisarios submarinos en la conurbación, fomentar la construcción desatada de viviendas y hoy edificios, no evitar el sobre pastoreo que consumen el tapiz vegetal natural, entre otros.
De allí, que esperamos que se tome en serio la situación y, se tomen medidas remediales en cuanto a exigir que se cree una real planta de tratamiento de las aguas servidas, impedir por saturación en la conurbación La Serena – Coquimbo de construcción habitacional con la ficción de mejorar la “calidad de vida”, fomentar la reforestación de especies vegetales nativas, fuera de buscar que al ganado caprino genere su propio consumo.
Para la región se habla de un estrés hídrico es decir, que la demanda de agua, es más alta que la cantidad disponible durante un periodo determinado o cuando su uso se ve restringido por su baja calidad. La región cuenta con una población, según el censo de 2017, en 757.586, de las cuales 142.470 habitan en el sector rural, la cual es de una alta dispersión y baja densidad.
Tenemos esperanza que los nuevos integrantes del CORE, aporten ideas renovadas o estén dispuestas a escuchar a sus electores, para así en conjunto busquemos enfrentar la situación y poder salir adelante o sino, irremediablemente en unos años más, se tendría que abandonar esta región, por falta de este vital elemento, haciéndose realidad la frase “el agua es vida”.

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