Los cambios que implica el Nuevo Ministerio de Agricultura.

Se amplía la posibilidad de prevenir y no solo reaccionar ante eventuales crisis alimentarias y se igualan exigencias para el mercado interno y la exportación. El SAG adquiere un rol preponderante, por lo que el proyecto contempla aumentar su planta en más de 180 funcionarios.
Patricia Vildósola E. Parecía el cuento del lobo. Desde el gobierno del ex Presidente Patricio Aylwin que se venía proponiendo convertir el Ministerio de Agricultura en uno que agrupara también los temas de alimentación y pesca.
Pero, si bien cada ministro de Agricultura que pasó por Teatinos lo intentó, la nueva institucionalidad seguía sin avances concretos. Sin embargo, el miércoles pasado finalmente se produjo: el Presidente de la República, Sebastián Piñera, firmó el proyecto que crea el Ministerio de Agricultura, Alimentos, Pesca y Recursos Forestales. Un avance, dicen los representantes del sector, para la modernidad.
Entre las funciones y atribuciones que tendría el nuevo ministerio estaría proponer al Presidente de la República -el que será asesorado por un Consejo de Ministros integrado por el del nuevo ministerio, el de Salud y el de Relaciones Exteriores- las políticas nacionales agropecuarias, acuícolas, pesqueras, forestales y alimentarias; apoyarlo en la generación de la política nacional de desarrollo rural; colaborar en la formación de políticas y programas para el manejo, uso y aprovechamiento eficiente de recursos de riego y velar por la inocuidad de los alimentos a lo largo de toda la cadena alimentaria.
“Esto significará que quedará en el mismo ministerio todo lo que se refiere a inocuidad, calidad y sanidad de toda la cadena alimentaria. Hoy, el SAG, en lo agrícola, y Sernapesca, en lo pesquero, llegan solo hasta el potrero y la playa, respectivamente. Lo que ocurre después depende de otros organismos.
Con el nuevo ministerio, el SAG, junto a Achipia, va a tener una función preventiva y a su vez fiscalizadora de toda la cadena productiva, incluyendo no solo la producción, sino también la elaboración, el envasado y etiquetado de los alimentos”, comenta el ministro de Agricultura, Luis Mayol.
Actualmente hay del orden de 13 servicios que intervienen en todo el proceso de supervisión y fiscalización de la cadena alimentaria, incluidos los organismos dependientes del Ministerio de Salud, pero buena parte de lo que se hace, por cómo está establecido en la norma, no busca prevenir.
“Hasta ahora la función de salud era reactiva, es decir, recién podía intervenir ante la aparición de un problema. Con el cambio que se está planteando, la labor será preventiva, es decir, se acompañará toda la cadena”, recalca Mayol.
Tener un solo ministerio permitirá, entonces, ordenar las funciones de los distintos organismos públicos relacionados con el sector alimentario. Además, actualmente, como son muchos los organismos involucrados, hay funciones que se duplican y otras que quedan en tierra de nadie, lo que con el nuevo ministerio se solucionaría.
Esto significará, además, poder manejar de mejor manera los sistemas preventivos de control de riesgos, lo que tendría un importante impacto social y menores costos asociados a eventos alimentarios, además de que se facilitará el flujo de información ante cualquier crisis alimentaria.
Pero, además, significará cambios importantes especialmente para el consumo interno. Hasta ahora existe un doble estándar en materia de control de sanidad y calidad entre los productos que van a los consumidores nacionales y los que van a la exportación, pues estos últimos deben cumplir con una serie de normativas, especialmente en el ámbito de la inocuidad -fiscalizadas por el SAG- para llegar a los mercados internacionales.
La autoridad insiste en que esto beneficiará también al productor, pues hoy debe cumplir normativas de salud y del SAG, y con el nuevo ministerio se entenderá con una sola autoridad que tendrá a cargo todas las normas.
Es decir, hoy en día, un productor de hortalizas debe recurrir al SAG cuando se trata, por ejemplo, de aplicación de ciertos agroquímicos, y a Salud para que certifique que usa aguas inocuas.
En adelante, todo esto estaría en manos del Servicio Agrícola y Ganadero. Además, se estima que esto facilitaría el acceso tanto de pescadores, como de agricultores y forestales a los beneficios e instrumentos del Estado.
Claro que ello significará que el SAG tendrá que crecer en personal y en recursos. Mayol insiste en que el proyecto viene acompañado de un completo informe económico, donde se contempla precisamente eso. “En su primera etapa aumenta en 187 sus funcionarios para poder estar a cargo de estas nuevas tareas”, recalca la autoridad.
Así, mientras el SAG sería la autoridad alimentaria que regularía y controlaría las etapas de la cadena de producción de alimentos agropecuarios hasta la salida de la fábrica, incluyendo su comercialización al por mayor, exportación e importación; la Achipia, sería la Secretaría Ejecutiva para la Calidad e Inocuidad Alimentaria, y se encargaría de velar por el cumplimiento de las directrices que emanen del Consejo de Ministros y efectuar las evaluaciones de riesgo alimentario.
En tanto, el Ministerio de Salud, en materia de inocuidad, sería la autoridad sanitaria que regularía y controlaría el cumplimiento de la normativa alimentaria desde la salida de la fábrica y su comercialización al por menor y la manipulación de alimentos en restaurantes hasta los hogares. Finalmente, Sernapesca sería la autoridad alimentaria encargada de regular y controlar las etapas de la cadena de producción de alimentos pesqueros y acuícolas hasta la salida de la fábrica.
La firma del proyecto es un buen empujón, pero ahora le toca al Parlamento avanzar en la tramitación.
“Esperamos que la tramitación sea relativamente rápida, pero hay que considerar que tiene que pasar por muchas comisiones. Pero este ha sido un proyecto de todos los últimos gobiernos, se trata de un proyecto de política de Estado. Es tremendamente importante a nivel de imagen país.
Es un avance muy grande en términos de modernización. Es un salto tan importante como el que dimos hace 35 años, cuando nos adelantamos con los acuerdos internacionales. Esto es un salto en crear una institucionalidad en el mundo de los alimentos”, dice Luis Mayol.
Otros beneficiosConcentrar todo el ámbito de producción de alimentos en un solo ministerio aumenta su peso político, traduciéndose en mayores mejoras para el sector.
Genera un sistema de interacción entre los distintos ministerios relacionados con el tema alimentario a nivel nacional.
Nuevo rol con foco en el consumidor genera mayor cercanía con los ciudadanos.
Nuevo ministerio concentraría el 25% de las exportaciones del país.
Nuevo ministerio agruparía el 11,24% del PIB nacional (PIB ampliado).
Nuevo ministerio continuará siendo la cartera con mayor cobertura territorial y ocupación laboral en el país.
Los cambios propuestos en materia alimentariaLa creación de un Sistema Nacional de Inocuidad Alimentaria, que permita que los alimentos que llegan a la mesa de los consumidores en Chile y el mundo sean sanos e inocuos.
La regulación y control de los alimentos, desde el campo y el mar hasta la mesa, considerando la cadena de producción en su totalidad. Además, plantea un enfoque preventivo, que resguarda el proceso productivo completo y no solo el producto final.
La legalización de la responsabilidad del productor en la inocuidad del alimento que elabora.
La protección del consumidor, resguardando la inocuidad de los alimentos. El foco de la cadena de producción estará en el consumidor.
La coordinación de la comunicación del sector público ante riesgos en materia alimentaria, y la facilitación de la participación.
Lunes 21 octubre 2013, Revista del Campo de El Mercurio

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