Por Sandra Zolezzi
Integrante Comisión Equidad de Género
Colegio de Ingenieros Agrónomos de Chile
Columna publicada el 20 de marzo 2023 en Revista del Campo
Al momento de decidir ser Ingeniera Agrónoma, no somos conscientes del camino y el
trabajo que esta decisión involucra. Simplemente, nos guiamos por la pasión de ejercer
una profesión tan noble como esta, que involucra trabajar directamente con la tierra,
realizando un sinfín de actividades en ella con el propósito de obtener un producto de alta
calidad, inocuo y nutritivo para abastecer de alimentos a una creciente población.
Si a esto, le sumamos la menor superficie que se cuenta para cultivar producto del cambio
climático, con una creciente desertificación, una menor cantidad de precipitaciones y una
sequía que nos azota sin piedad, el panorama no es nada alentador.
Aun así, es un desafío que se asume día a día y se enfrenta como una oportunidad de
crecer y un constante aprendizaje. Ser una mujer profesional y destinar nuestra energía en
el agro, trae consigo desafíos diarios que con fortaleza y optimismo se asumen. En este
camino, me he podido dar cuenta de la gran red de contactos que se pueden crear
trabajando de forma colaborativa.
Una de ella es la red de ONU Mujeres, entidad que buscar apoyar el trabajo de las mujeres
en distintas organizaciones y empresas, donde se utilizan herramientas de diagnóstico
para detectar las brechas de género que puedan existir en el lugar donde se trabaja.
Además, cuenta con una plataforma destinada a capacitar a las personas, para entender
de mejor manera este cambio que estamos viviendo y cómo afrontarlo siempre en virtud
de un crecimiento para la agricultura de nuestro país.
Es importante que estas herramientas no sean vistas como una imposición para cumplir
ciertas normas, sino más bien se entienda como una oportunidad de crecer juntos,
comprendiendo el sinnúmero de beneficios que trae consigo destinar esfuerzos en crear
un sistema agroalimentario equilibrado.
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