Oscar Seguel*, Ing. Agr., Dr., Osvaldo Salazar*, Ing. Agr., Dr., Bernardo Sagredo,
Lic. Agr.
*Profesores Depto. Ingeniería y Suelos, Fac. Ciencias Agronómicas, Univ. de Chile.
Introducción
En Chile, la producción de palta (Persea americana Mill.) ha tenido un aumento en la
última década, registrándose una expansión de la superficie plantada de un 61% entre el
año 2000 a 2010 y un aumento de 8% anual del volumen exportado. Sin embargo, para la
temporada 2012/2013 se estimó una disminución de un 10% en la producción, debido a la
falta de agua observada especialmente en la Región de Valparaíso. Las exportaciones en
tanto también sufrirán una disminución, rondando las 104.000 ton, cifra equivalente a un
8% menos que la temporada 2011/2012 (Portal Frutícola, 2012)
La expansión de la superficie plantada se ha logrado incorporando a la producción terrenos
de poca profundidad, baja retención de agua o con gradientes de pendiente elevados
(Ferreyra et al., 2001). Como solución se ha implementado el uso de camellones, lo que le
otorga al suelo una profundidad efectiva mayor. Sin embargo, al cabo de una temporada se
generan problemas de naturaleza física en el suelo debido a procesos de asentamiento
(Cortés, 2011), que se traduce principalmente en pérdida de porosidad gruesa con una
menor infiltración de agua en el suelo.
Ante esta realidad, se ha recurrido al uso de ácido sulfúrico (H2SO4) para mejorar
propiedades de suelo. Si bien su uso inicialmente se relacionaba a mejorar propiedades
químicas en suelos con presencia de carbonato, Hussain et al. (2001) evaluaron el efecto
del H2SO4 en las propiedades físicas del suelo, teniendo como resultado un aumento de la
permeabilidad al agua, una menor densidad aparente y una mayor cantidad de poros por
unidad de área. Sin embargo, las aplicaciones de H2SO4 deben realizarse con precaución,
ya que su uso conlleva riesgos ambientales y a la salud humana, además de riesgos de
incrementos en la conductividad eléctrica a niveles perjudiciales para la planta (Ferreyra et
al., 1998).
Diversas fuentes de enmiendas orgánicas han sido utilizadas con éxito en la restauración
física del suelo (Barzegar et al., 2002; Cortés, 2011), lo que los perfila como una buena
alternativa al uso del H2SO4; sin embargo su efecto no es lo suficientemente persistente en
el tiempo, debiendo recurrirse a aplicaciones periódicas (Fernández, 2013). Considerando
que el uso del ácido húmico está plenamente acorde con una visión a futuro de Chile como
Potencia Alimentaria, en la presente investigación se evaluó el efecto acumulado del uso
de ácido sulfúrico y ácido húmico sobre las propiedades de un suelo modificado en forma
de camellones, presentando los resultados de dos temporadas y contrastando el efecto de
estas enmiendas con el uso de coberturas vegetales.
El estudio se realizó en el Huerto California, Comuna de Quillota, Región de Valparaíso,
en tanto que los análisis de suelo se realizaron en la Facultad de Ciencias Agronómicas de
la Universidad de Chile. El sitio del ensayo corresponde a un sector de 90 m de largo por
90 m de ancho, con camellones (1,5 m de alto y 2 m de ancho) construidos el año 2004 en
sentido de la pendiente, estableciéndose 3 subunidades con riego independiente. Debido a
la muerte de plantas por déficit hídrico, dos de las subunidades cuentan con un replante
realizado en julio de 2011, con individuos variedad Hass injertados sobre Nabal, en un
marco de 3m x 3m, mientras que la tercera subunidad permaneció sin árboles, pero
altamente enmalezado, permitiendo establecer tres tratamientos:
.
T0: Testigo con cubierta de malezas, sin enmiendas y sin árboles.
.
T1: Ácido sulfúrico (H2SO4, 98%) en dosis de 250 L ha-1 .
.
T2: Ácido húmico (POW Humus, WSG 85%) en dosis de 30 kg ha-1 .
El suelo pertenece a la Asociación Challay (Lithic Haploxeroll), con profundidades
variables entre 40 y 70 cm, clases texturales franca a franco arcillosa, sin presencia de
carbonatos y 30% de pendiente. Se cuenta con riego por micro aspersión, a través del cual
se aplicaron, para el caso de T1, 250 L ha-1 de H2SO4 distribuidos en 5 meses (a partir de
octubre en el año 2011 y a partir de noviembre el 2012) parcializado en dosis de 25 L ha-1 .
Para el caso de T2, se aplicaron 30 kg ha-1 de POW Humus aplicados en una dosis única
(octubre de 2011 y noviembre de 2012). El T0 recibió riegos esporádicos durante el
periodo de estudio. Cada tratamiento contó con 3 repeticiones, seleccionadas al azar dentro
de las subunidades de riego, definidas por una unidad experimental de doce metros de
largo, la cual para el caso de T1 y T2 incluye tres plantas de vigor similar.
Entre tres y cuatro meses después de la primera aplicación de ácido sulfúrico (inicios de
febrero de 2012 y fines de febrero de 2013), se tomaron muestras de suelo a profundidades
de 0-10, 10-30 y 30-60 cm, evaluando densidad aparente, distribución de tamaño de poros
y estabilidad de agregados, mientras que en terreno se evaluó la velocidad de infiltración y
la resistencia a la penetración. Además, en las plantas de cada unidad experimental se
evaluó el diámetro basal y el largo del brote principal en distintos momentos de la
temporada. Los resultados de la primera temporada fueron publicados con anterioridad
(Seguel y Fernández, 2012), por lo que en este trabajo la información se concentra en los
resultados de la segunda temporada.
Resultados
Al igual que en la primera temporada, la densidad aparente se mantuvo en el rango de 1,3 a
1,5 Mg m-3, sin diferencias entre la aplicación de ácido húmico y ácido sulfúrico y con una
tendencia a aumentar en profundidad (Figura 1); por su parte, el tratamiento con cobertura
de malezas generó una disminución de la densidad en profundidad a consecuencia del
crecimiento profuso de raíces, que favorece la estructuración del suelo por secado
(Baginsky et al., 2010).
-50
-40
-30
-20
-10
1.0 1.2 1.4 1.6
Densidad aparente (Mg m-3)
Profundidad
(cm)
Cobertura
Sulfúrico
Húmico
Figura 1. Valores promedio de densidad aparente (Mg m-3, izquierda) y detalle de la cobertura de malezas
(derecha) desarrollada en primavera en el tratamiento T0.
Si bien los valores de densidad aparente resultan en niveles de porosidad similares entre los
distintos tratamientos, resulta más interesante evaluar la calidad y funcionalidad del
sistema poroso, resultados que se presentan en la Figura 2.
-50
-40
-30
-20
-10
0 5 10 15 20 25
Poros de drenaje (% )
Profundidad
(cm)
Cobertura
Sulfúrico
Húmico
-50
-40
-30
-20
-10
0 20 40 60 80
Dispersión (RD, % )
Profundidad
(cm)
Cobertura
Sulfúrico
Húmico
Figura 2. Poros de drenaje (>10 mm), en que la línea punteada indica el óptimo de 15% para frutales
(izquierda) y estabilidad de micro agregados (1-2 mm), en que el menor valor refleja la mayor estabilidad.
La porosidad gruesa (poros de drenaje) es necesaria para el adecuado intercambio de agua
y aire dentro del suelo, permitiendo que el exceso de agua (por lluvia o riego) drene en
profundidad, no afectando a las raíces del palto. En este sentido, si se considera un mínimo
de 15% de poros gruesos para la adecuada aireación del sistema radical del palto, tanto la
cobertura de malezas como el ácido húmico presentaron un efecto deseable, con una buena
persistencia hasta 3 meses de aplicada la enmienda, a diferencia de la primera temporada,
en que el efecto del ácido húmico desapareció a los 90 días (Seguel y Fernández, 2012).
Por su parte, el H2SO4 no presentó un efecto significativo, manteniéndose bajo 15% en
prácticamente todo el perfil, coincidente con la primera temporada.
A pesar que el desarrollo de raíces en el tratamiento con cobertura genera una alta
porosidad gruesa, con aporte de exudados y residuos orgánicos al descomponerse en el
período estival, este tratamiento no generó una buena estabilidad de agregados (Figura 2,
derecha), presentando valores de dispersión mayores al 50%. Los tratamientos T1 y T2
presentaron una alta estabilidad (bajo valor de RD), sin diferencias entre sí, especialmente
en las dos primeras profundidades, lo que asegura que ante eventos de mojamiento sus
agregados permanecerán intactos, favoreciendo el mejor funcionamiento físico del suelo.
En cuanto a la capacidad de conducción de agua, la Figura 3 presenta los resultados de
infiltrometría para las dos temporadas.
60
90
120 Cobertura
Sulfúrico
Húmico
= 17,6 cm/h
= 25,4 cm/h
= 15,7 cm/h
ación
(cm)
60
90
120 Cobertura
Sulfúrico
Húmico
= 25,8 cm/h
= 18,6 cm/h
= 19,5 cm/h
cum
(cm)
30
Infiltr30
Inf
aTemporada 1 Temporada 2
0 0
0 50 100 150 0 50 100 150
Tiempo (min) Tiempo (min)
Figura 3. Curvas de infiltración acumulada de la temporada 1 (izquierda) y la temporada 2 (derecha) y sus
respectivas velocidades de infiltración estabilizadas.
Si bien los valores de tasa de infiltración se encuentran en niveles altos a muy altos
(Casanova et al., 2008), existe una tendencia de la cobertura y del ácido húmico a
aumentar en el tiempo, mientras que el H2SO4 tiende a disminuir, presentando en la
segunda temporada la más baja tasa de infiltración estabilizada al cabo de tres meses de
iniciadas las aplicaciones. Es necesario tener presente que cualquier manejo de suelo
requiere una periodicidad para mantener su persistencia, de manera de ver un efecto
acumulado en el tiempo. A este respecto, la aplicación de ácido húmico demostró tener
mejorías consistentes en las propiedades físicas del suelo, tal como se vio en la resistencia
a la penetración de la primera (Seguel y Fernández, 21012) y segunda temporada (Figura
4).
Resistencia (MPa) Resistencia (MPa)
0 1 2 3 4 0 1 2 3 4
0Profundidad
(cm)
0Profundidad
(cm)
Temporada 1 Temporada 2
-20
-20
-40
-40
-60 Sulfúrico -60 Sulfúrico
-80 Húmico -80 Húmico
Figura 4. Valores de resistencia mecánica medidos 24 horas después de un riego para la temporada 1
(izquierda) y temporada 2 (derecha). La línea vertical señala el valor crítico de resistencia según Taylor y
Brar (1991).
En la primera temporada, ambos tratamientos de fuentes ácidas alcanzaron un valor crítico
de 2MPa en torno a los 30 cm de profundidad; para la segunda temporada el valor
restrictivo se alcanzó casi a los 50 cm, lo que demuestra la mejoría por efecto acumulativo
de las enmiendas, sin embargo persiste una zona de mayor compactación entre los 15 y 25
cm para el caso del H2SO4. El sitio con cobertura mantuvo valores elevados de resistencia,
superiores a los tratamientos con fuentes ácidas a partir de los 20 cm de profundidad.
Finalmente, la Figura 5 presenta los resultados obtenidos en las plantas.
50
100
150
200
Largo brote Diámetro
Largo
brote
(cm)
y
diámetro
(mm)
Sulf. (Ene 2012)
Húm. (Ene 2012)
Sulf. (Nov 2012)
Húm. (Nov 2012)
Ác. sulfúrico Ác. húmico
Figura 5. A la izquierda, largo y diámetro de brote de las plantas evaluadas en enero y noviembre de 2012
(figuras llenas y achuradas, respectivamente). A la derecha, visión del ensayo en la segunda temporada de
evaluación.
En forma persistente, las plantas del tratamiento con ácido húmico presentaron un elevado
desarrollo y acumulación de follaje, lo que respondería a una condición física del suelo
más favorable y equilibrada. De este modo, en una segunda temporada de evaluación,
POW Humus demostró ser una buena alternativa al uso del ácido sulfúrico con miras a
mejorar las condiciones de desarrollo de especies frutales.
Conclusiones
.
El Ácido Húmico POW Humus genera efectos positivos sobre las propiedades físicas
del suelo, favoreciendo la funcionalidad para el flujo de agua y aire, con un mayor
contenido de macroporos y una menor la resistencia a la penetración promedio del
perfil en relación al ácido sulfúrico.
.
Esta mejor condición física del suelo favorece un mayor desarrollo de las plantas de
palto, por lo que POW Humus se presenta como una buena alternativa al ácido
sulfúrico, cuyo uso no se justificaría en suelos sin presencia de carbonatos.
Referencias bibliográficas
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Portal Frutícola. 2012. Edición especial internacional paltas de Chile. Documento electrónico disponible en
http://www.portalfruticola.comwp-content/uploads/2012/08/paltas_chile_e.pdf. Leído el 13 de marzo de
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Seguel, O. y P. Fernández. 2012. Efecto del uso de ácido sulfúrico y ácido húmico sobre las propiedades del
suelo y crecimiento de palto. Red Agrícola 48:10-11.
Taylor, H. M. and G. S. Brar. 1991. Effect of soil compaction on root development. Soil & Tillage Research
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