Subir los precios, negociar en moneda de destino, enfocarse en productos de mayor valor y ser más eficientes, son algunas de las recetas para enfrentar el precio de la divisa norteamericana.
En Chile, conviven más de 300 viñas en un mercado dominado por tres grandes exportadores y matizado por muchas pequeñas y medianas empresas vitivinícolas. En 2010, los grupos Concha y Toro, Santa Rita y San Pedro-Tarapacá (VSPT), concentraron más del 80% de las exportaciones de vino embotellado, a través de todas sus filiales. Del total de viñas presentes en el país, unas 169 embotellaron para enviar vino al exterior en febrero. Durante los primeros dos meses del ejercicio, los embarques de vino embotellado crecieron 22% en valor, alcanzando los US$88 millones.
Pero no ha sido fácil –sobre todo para las empresas de menor tamaño– enfrentarse a un tipo de cambio que se ha mantenido bajo la barrera de los $500. Sin embargo, la experiencia –en 2008 el dólar promedió $520– ha llevado a la mayoría a tomar resguardos para hacer frente a la coyuntura. En ese sentido, el gerente general de Viña Montes, Andrés Turner, explica que han desarrollado una “combinación de seguros de cambio, ajuste de precios de exportación y búsqueda de nuevas eficiencias en costos”.
Asimismo, en Viña Montgras, que fue una de las empresas del rubro que más creció en 2010, superando los US$22 millones en ventas, con un avance cercano al 35%, se ha parado con seguridad frente al alicaído valor de la divisa norteamericana. Y es que su presidente, Hernán Gras, afirma que “el tipo de cambio ha estado bajo hace ya varios años, no es una cosa sólo de ahora y, por lo tanto, uno no puede ser reaccionario frente a una situación puntual. En el caso particular nuestro, estamos visualizando que el dólar estará a $480 durante los próximos dos años, y para eso estamos trabajando”.
Según el timonel de la viña familiar, no hay una receta única, por lo que “estamos estudiando la posibilidad de subir los precios. Otra alternativa es ver cómo somos más eficientes, tanto en la parte agrícola, como en post producción. Hoy, aumentar los volúmenes no es la solución con los márgenes tan bajos. No es un tema de costos fijos. Finalmente, también estamos analizando qué líneas de vinos son más rentables, de manera de motivar y empujar las ventas y no hacer promociones con aquellas líneas con márgenes más bajos”.
MIRADA A FUTURO
Aun cuando el precio del dólar no es alentador, en las viñas chilenas no bajan los brazos, y Vinos de Chile augura un auspicioso futuro. Según el recién asumido presidente del gremio, René Araneda, es factible expandir la industria, pasando de exportar de US$1.200 millones a US$3.000 millones en 2020. En ese contexto, el vicepresidente ejecutivo de VSPT dijo a ESTRATEGIA que “para el mercado local proyectamos lograr un urgente aumento en el consumo de vino en Chile, que ha caído, en diez años, de 60 litros a 13 o 14 litros per cápita”.
Asimismo, el presidente ejecutivo de la viña de capitales españoles, Miguel Torres, piensa que Chile seguirá creciendo y que hay muchas oportunidades, especialmente para los vinos Premium. En el caso de Miguel Torres Chile, la proyección de crecimiento para el término de 2011 es de “9% en valor, con un volumen de ventas estimado de 350 mil cajas”. En tanto, Viña Montes espera aumentar su volumen de ventas en Chile y su precio promedio, mientras que en su filial argentina Kaiken, proyectan crecer a tasas aún mayores, según Andrés Turner.
Del mismo modo, el escenario se ve bueno para las viñas Tabalí y Leyda –de Guillermo Luksic– pues contemplan consolidar su red de distribución actual, extendiéndola hacia nuevos mercados, principalmente en Asia. Con ello, “esperamos crecer un 10% en términos de volúmenes y un 20% en valor”, señala el gerente general, Gustavo Llona.
Algo similar se espera para la industria este año, pues Araneda estima subir las exportaciones en cerca de 10% en volumen, con un alza del precio promedio superior al 5%. “El precio promedio va a subir también, porque muchos negocios de precios bajos están quedando fuera de competencia, debido a lo alto de los costos”, señaló el timonel de Vinos de Chile.
Las proyecciones de las viñas más pequeñas, que se enfocan en productos de más alto precio, también son auspiciosas.
En Casas del Bosque –ligada a Juan Cúneo–, “pretendemos crecer un 25% sobre el año 2010”, afirma su gerente general, Felipe Uribe.
Igualmente, el presidente de Viña Tres Palacios, Patricio Palacios, estima que crecerá en 2011 “alrededor de un 20% en volumen, y en precio, entre un 10% a un 15%”. No obstante, el empresario observa que “han aumentado las ventas, pero no las cosechas, que no han estado buenas”.
TÁCTICAS PARA CRECER
La mayoría de las viñas tiene claro que la mejor táctica para seguir creciendo es subir los precios. Eso, va de la mano de la calidad, por lo que Gustavo Llona puso el foco en los productos de mayor valor y optó por diversificar el riesgo cambiario negociando en moneda de destino: “En Latinoamérica se utiliza dólar americano; en algunos países europeos usamos Euros; en Asia, dólar americano, y con algunos clientes en UK usamos libras”.
Lo anterior, es también el arma más relevante para Casas del Bosque, donde transan en “pesos chilenos, euros, dólares, libras y dólar canadiense, siendo las tres primeras la que más pesan en la canasta”, sostiene Felipe Uribe. Eso, sumado a un “fuerte control tanto de gastos como de costos, y buscando aumentos en productividad vía mecanización de labores, eficiencia energética, etc.”, agrega.
Pero aun cuando la situación cambiaria estaba prevista, el golpe ha sido fuerte, según Uribe, sobre todo porque se suma “el aumento del costo de la mano de obra, energía y combustibles. Durante los últimos tres años se han requerido entre US$41 y US$45 para pagar una UF, cuando antes históricamente el rango iba entre US$24 a US$34. Hago este comentario, porque gran parte de la estructura de costos que enfrentan las viñas es en pesos chilenos”. Lo anterior, que se traduce en pérdida de competitividad, “no es solucionable exclusivamente vía alzas de precios, ya que los mercados están siendo bombardeados por vinos de otros orígenes, existiendo una fiera competencia”, comenta el ejecutivo.
PROYECTOS CONGELADOS
Como en todo negocio, la realidad no es igual para todos y las espaldas financieras tampoco. Por ello, las empresas de menor tamaño han sido más cautas a la hora de invertir, considerando el actual escenario cambiario. De hecho, en la Viña Tres Palacios, “hemos intentado reducir espacios de reinversión y de desarrollo. Hemos acondicionado nuestra política de crecimiento a una menos agresiva, capaz de soportar la influencia negativa del tipo de cambio”, explica el presidente de la firma, Patricio Palacios.
El patriarca de la empresa familiar, enfatiza que se han visto obligados a “congelar los planes de inversión, simplemente reinvertimos lo necesario para mantener nuestra posición actual”.
Igualmente, el presidente de Viña Montgras, Hernán Gras, cuenta que estaban viendo “la posibilidad de un nuevo proyecto de viña y queríamos construir otra bodega de dos millones de litros. Debido al tipo de cambio actual, hoy estos proyectos han quedado en stand-by, ya que son poco atractivos a nivel de rentabilidad”.
(extraído de p. web de ODEPA)
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