Por Francisco Meza. Ingeniero Agrónomo M. Sc.
Investigador en Recursos Hídricos Centro Regional INIA Intihuasi
Coordinador Comisión Recursos Hídricos de la Agrupación de Ingenieros Agrónomos
Colegio de Ingenieros Agrónomos Región de Coquimbo.
El agua es energía pura y es el componente vital de toda forma de vida, es esencial para los seres vivos, animales y vegetales. El agua es un compuesto regulador del clima, las interacciones químicas, bioquímicas y biológicas a nivel celular, con una serie de características que la destacan por sobre cualquier otro fluido. El agua dulce es un compuesto escaso en el planeta menor al 2,5 % del total existente, estando solo un pequeño porcentaje a disposición de los usos productivos de interés para el ser humano. Dada la característica del agua en el planeta, la cual se purifica gracias a su ciclo hidrológico, se debe considerar desde una visión sistémica con un manejo integral, que se sugiere sea a nivel de cuenca hidrográfica.
¿Qué pasaría si no hubiera agua para la agricultura?
La falta de agua provocaría una catástrofe en la agricultura de riego, no pudiendo realizarse como hoy se conoce en las zonas mediterráneas. La agricultura se ha desarrollado aprovechando condiciones climáticas en territorios donde se debe proporcionar agua a los cultivos a través del riego. Chile posee gran parte de su agricultura bajo riego, condición que le ofrece gran competitividad, calidad de producto y reconocimiento mundial, como lo es por ejemplo la fruticultura nacional. La actividad agrícola en Chile se ha visto afectada por falta de agua y sequías cada vez más intensas y recurrentes, en especial durante los últimos 30 años, lo cual ha obligado a los agricultores a aumentar la eficiencia de uso extra e intra predialmente, mejorar entre los regantes el sistema de regulación hidrológica por cuencas y la gestión del recuso a través del fortalecimiento de las organizaciones de usuarios, debiendo también ir paulatinamente asumiendo los desafíos ambientales que la falta de agua implica para los ecosistemas y medio ambiente.
¿Propuestas viables para el uso eficiente del agua?
El mayor usuario del agua es la agricultura de riego. Si bien la actividad agrícola ha aumentado considerablemente su eficiencia de uso, aún existen brechas que se deben trabajar, especialmente en territorios que ya han ingresado a déficit permanente. Si se considera impermeabilizar canales de riego y el riego al interior de los predios agrícolas, también se corre el riesgo de disminuir las recargas naturales de los acuíferos que se utilizan en momentos escases, aguas abajo y que es exactamente lo que ido ocurriendo en varios sectores con los acuíferos, como por ejemplo en El Culebrón en Pan de Azúcar.
La eficiencia de uso debe ser una motivación pero también se debe considerar la eficiencia de cuenca incluido los requerimientos ambientales, de tal forma que el sistema productivo sea sustentable y sostenible. Actualmente existen tecnologías modernas de manejo y control remoto de los suministros de agua que ayudan de gran manera a la gestión del recurso y control del suministro en la mayoría de los usos, especialmente en la agricultura de riego.
La región de Coquimbo es pionera en Chile gestión y regulación hidrológica para asegurar el riego de los cultivos, como destaca el sistema Paloma en Limarí. Sin embargo, el actual cambio climático ha puesto aprueba el funcionamiento reconocido por más de 50 años, siendo necesario redoblar los esfuerzos en gestión y en buscar nuevas fuentes de agua que permitan por ejemplo la productividad agrícola conocida.
¿Propuestas para lograr mejorar la disponibilidad de fuentes hídricas?
En este tema diría que se deben considerar prácticamente todas las alternativas posibles, en especial en el centro norte de Chile y zona mediterránea central, sin dejar de estar atentos en el centro sur, con acciones desde considerar factibilidad de embalses de cabecera, recambio genético de especies o cultivos agrícolas de menor demanda, aumento de eficiencia del riego agrícola, mejorar la gestión del recurso a todo nivel, fortalecer las organizaciones de usuarios, abordar temáticas como recarga artificial de acuíferos, cosecha agua lluvias, cosecha de agua de atrapanieblas, tratamiento de aguas servidas, desalinización y fortalecimiento equipos de investigación y transferencia, entre otras acciones.
Cabe destacar que cuando disminuyen los volúmenes o cuerpos de agua, aumenta la vulnerabilidad a la contaminación, siendo esta condición en sí, pérdida de disponibilidad de agua de buena calidad.
Todas estas líneas se deberán ir abordando cada vez con mayor fuerza y con importantes esfuerzos en fortalecer la cultura del agua, desde la enseñanza en toda su amplitud hasta la difusión permanente a la población, en cuidado, ahorro y protección del medio ambiente.
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