Por Álvaro Eyzaguirre Pepper
Ingeniero Agrónomo
Mimebro Comisión I&TD del Colegio de Ingenieros Agrónomos de Chile
Ante el déficit hídrico, la innovación ha respondido con tecnologías de riego eficiente que han probado ser sumamente útiles para dar continuidad a la producción agrícola en sectores donde la escasez de agua es una dura realidad. Hoy, estamos yendo un paso más allá: Innovar no en cómo regamos, sino en el agua misma que utilizamos. ¿Es la desalación del mar una alternativa viable para nuestro sector?
En Chile, hoy existen 18 plantas con una capacidad de desalinización total de 7,8 m³/s. De ellos, el 83% se utiliza en minería y el 17% para consumo humano. Si bien existen experiencias a pequeña escala de riego agrícola con agua desalada, todavía su penetración es incipiente.
Nuestro país cuenta con grandes ventajas para invitar al agua desalada al mundo de la agricultura. Por lo pronto, kilómetros y kilómetros de costa a una relativamente corta distancia de las zonas de producción agroalimentaria. Además, condiciones naturales para sistemas de ERNC -especialmente fotovoltaicos- que son muy útiles a la hora de cubrir el alto consumo de energía que requiere la desalación.
Las principales brechas que presenta la desalación para el agro, como el precio y la calidad del agua, se acortan exponencialmente. Por su parte, las dudas, como el impacto ambiental, también se están respondiendo desde la ciencia con certeza y resguardo para los ecosistemas.
Si el agua desalada será el futuro del agro, todavía es muy pronto para saber. Pero de lo que sí estamos seguros es que como país debemos explorar todas las opciones posibles para que nuestros campos sigan siendo fértiles proveedores de alimentos sanos y frescos para Chile y el mundo.
Fuente artículo original: https://laquintaemprende.cl/opinion/regar-con-agua-desalada/
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