Chile, hoy día, está enfrentando la dificultad más grande en toda su historia, frente a la educación chilena, sea de nivel básico, medio o superior, plataforma indiscutida como para aspirar a niveles de desarrollo superior a los actuales.
El caos educacional en nuestro país, significa, hoy día, que los sectores responsables en el área, han sido notablemente sobrepasados en la capacidad de solución. Educadores, gobernantes, legisladores y partidos políticos, terminaron siendo incapaces de adecuar nuestra educación a los cambios y exigencias nacionales. Hoy día, los alumnos en protesta, tienen argumentos sólidos para no creer en proyectos de ley que proponen más de lo mismo. Lo lógico, es sentarse a una mesa, todos, para partir desde cero, analizando las condiciones para diseñar un modelo nuevo de educación, para que cada chileno, en base a su educación, pueda terminar participando en la correcta construcción de un país desarrollado.
Educar significa formar al ser humano. Formar al ser humano significa que él sepa y domine cuatro aspectos fundamentales en su vida. Primero, que sepa quién es. Cuáles son sus fortalezas, sus debilidades y sus vocaciones. Segundo, saber la teoría en aquello en que intenta actuar. Tercero, saber cómo se hace, la metodología, la práctica de la especialidad en que quiere desarrollarse y, cuarto y último, hacerlo con sentido altruista, es decir, no dedicarse a un área específica porque suponga que en ella ganará mucho dinero. La idea es buscar áreas de dedicación donde se crucen las vocaciones y las necesidades del país.
Para una tarea de esta magnitud, hay una ruta a seguir que comienza con varios senderos diferentes pero convergentes, conducentes a un esfuerzo nacional para lograr el esbozo primero, el diseño a continuación y la puesta en marcha final. Los senderos previos y convergentes son tres: uno, conocer los modelos exitosos mundiales; dos: plasmar un acuerdo político nacional, de pensar exclusivamente en el beneficio del país y, finalmente, buscar las bendiciones y aprobaciones máximas de parte de la ciudadanía.
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