Sr. Ministro de Agricultura don JOSÉ ANTONIO GALILEA, Sr. Subsecretario de agricultura, don ÁLVARO CRUZAT, Sr. Ex Rector de la Universidad de Cchile, Don RUY BARBOSA, Srs. Decanos de las Facultades de Agronomía, Srs. Ejecutivos de Instituciones del Sector Público y Privado, Estimados colegas que serán premiados en esta ocasión, Distinguidos colegas Asociados, Señoras y Señores:
El conjunto de transformaciones globales que conducen a los cambios que se observan en el sector agropecuario es bastante amplio y de por si cada vez más complejo , sobre todo cuando se verifica que para entender la evolución de estas tendencias es necesario considerar sus diferentes dimensiones : económica, política, social, ambiental y científico-tecnológica.
En este contexto, estas tendencias mundiales modifican la dinámica de la competitividad y, si bien abren nuevas oportunidades, también exigen una respuesta muy rápida de los países, a riesgo de quedar marginados de los mercados globales y del proceso de desarrollo. Así, el conjunto de cambios del ambiente externo han determinado transformaciones de las cadenas productivas, inserción de nuevos actores en los procesos de innovación en la agricultura , aumento de la presión social sobre el desempeño de las organizaciones, cambios en el comportamiento y el los hábitos de consumo y, una preocupación creciente por la sustentabilidad de los recursos naturales y el medio ambiente.
Por otra parte, el concepto de “seguridad alimentaria” que se utilizaba primariamente para referirse a la preocupación por la disponibilidad de alimentos, hoy implica también la calidad de estos y la posibilidad de acceder a prácticas alimentarias saludables. Esta forma más amplia y a la vez más compleja de enfrentar la seguridad alimentaria, ha ocupado un lugar central el los acuerdos comerciales y ha dado origen a toda una gama de conceptos y principios relacionados con la sostenibilidad , inocuidad, trazabilidad y certificación de productos y procesos agrícolas, entre otros.
El desafió país de ser una Potencia Agroalimentaria y Forestal, planteada hoy como una meta nacional , en sus orígenes orientada enfatizando su dimensión exportadora, principalmente a los mercados de más alto valor, ha continuado avanzando, sobretodo en términos de volúmenes exportados y destinos, aunque no sin dificultades, la situación del tipo de cambio, incrementos de costos internos – como la energía – están afectando significativamente la competitividad del sector. Si Chile quiere consolidar dicho status, debemos enfrentar tareas más complejas y que requerirán de un importante aporte en recursos humanos, económicos y infraestructura y, una gran creatividad.
Por otra parte, este desafío no pasa sólo por ser grandes exportadores de commodities, sino de proveer a los diversos y cada vez mas exigentes mercados globales, de productos alimenticios de alta calidad, con un valor agregado y que puedan competir con ventajas frente a otros oferentes y, además, de forma sustentable mirando el largo plazo.
Como parte de estos desafíos y no menos importante, nuestras autoridades se han planteado implementar tareas pendientes para el sector, como la incorporación de la pequeña agricultura, la modernización institucional, concretar la implementación de un Ministerio de Agricultura, Pesca y Alimentación, la consolidación de una política nacional de investigación e innovación, el |ampliar significativamente la superficie regada y su tecnificación. En materias legislativas : la regulación de derechos sobre obtenciones vegetales, marco regulatorio para cultivo transgénicos, uso y manejo de plaguicidas, por mencionar algunos.
Pero los desafíos no terminan aquí……
Dados los escenarios climáticos y alimentarios globales, presentes y futuros, es evidente que uno de los elementos que más condicionarán el desarrollo de la agricultura y de la industria de los alimentos es el cambio climático y sus exigencias de mitigación y adaptación. La próxima década, con seguridad será la década de la huella de carbono y la huella del agua como instrumentos de gestión, y cuyo objetivo es hacer más eficientes energética y ambientalmente los procesos productivos del sector y así responder a las exigencias que vendrán de los mercados internacionales.
Frente al escenario anterior, el agua es el principal recurso a través del cual el cambio climático global afectará a los ecosistemas de la tierra; sin lugar a dudas este recurso será un elemento clave no sólo para la agricultura del siglo XXI.
Se estima que en los próximos 15 años la demanda por agua aumentará a nivel global entre 40 -50%. En Chile , un 84% de los productos que exportamos son intensivos en uso de agua.
Como país exportador, se proyecta que el principal desafío de la agricultura chilena en las próximas décadas será su adaptación a los impactos del cambio climático y su liderazgo como sector carbono neutral y bajo en consumo de recursos hídricos.
Dentro de este contexto, en fecha reciente, manifestamos a las autoridades del Sector, nuestra visión y preocupación en relación al desarrollo futuro del riego en el país. El señor Ministro , en una detallada respuesta, que sintetizo en lo substancial, nos indica, que en los próximos seis años se prevé que , con los Programas de Grandes , Medianas y pequeñas Obras de Riego, el país incrementará en 43% su capacidad de embalse y aumentará la superficie con riego regulado desde 498.000 hectáreas actuales hasta 711.000 hectáreas y, respecto de la superficie de nuevo riego, ella se incrementará en más de 240.000 ha. Sin lugar a dudas , muy buenas noticias para la agricultura nacional y para el país.
El riego, a nivel predial, siempre ha sido una actividad que concierne a los Ingenieros Agrónomos, por lo que vemos con preocupación, algunas funciones que actualmente se están traspasando del SAG a la Dirección de Obras Hidráulicas del MOP, como es la revisión de la factibilidad de los proyectos de riego, la inspección de la construcción de estos y su posterior recepción. Esto significa que por vía administrativa se traspasa algo que no estaba en el espíritu del legislador .
Estas y otras funciones que se separan actualmente del SAG, afectan y alertan a los Ingenieros Agrónomos de ese Servicio, ya que en el tema están capacitados para realizar inspecciones de riego tecnificado a nivel de todas las regiones del país, situación que no disponen otros servicios del Agro. También , esperamos buenas noticias en este ámbito de la profesión.
Factores claves para enfrentar exitosamente los desafíos que he mencionado son: la formación de capital humano y la investigación tecnológica e innovación. El desarrollo del conocimiento es el sello de nuestro tiempo y, el desarrollo de recursos humanos de excelencia constituye la piedra angular de cualquier estrategia enfocada en un crecimiento basado en la innovación.
Una reflexión adicional con respecto a este último punto, la formación y calidad del capita humano, referido a la formación agronómica.
El profesional Ingeniero Agrónomo ha sabido responder frente a las demandas del sector y aportar en forma significativa desde los diferentes ámbitos de sus actividades : en la academia, en la investigación , en la trasferencia de tecnología y la extensión, directamente en la producción, en los agronegocios y en la gestión empresarial podemos decirlo con propiedad y mucho orgullo. Sin embargo , como hemos indicado los desafíos cada vez mas complejos que nos impone la globalización y la propia naturaleza, exigirá a la enseñanza de las ciencias agronómica a preparar un profesional con una formación cada vez más sólida en ciencias básicas y humanista integral, y con competencias que le permitan tener una rápida percepción de su entorno, con espíritu innovador y un liderazgo positivo al cambio. Que entienda la globalización de las economías que revolucionan toda la visión de los procesos productivos, su incidencia en la diversidad, calidad y oportunidad de la llegada a los mercados y la rentabilidad de los productos agrícolas y, aplicar una conciencia ética y social respecto de la preservación del medio ambiente y de los ecosistemas. Un Ingeniero Agrónomo para el siglo 21, pero sin perder la identidad de la profesión.
Hoy nuestro sector contribuye con el 12,5 % del PIB nacional, considerando la actividad silvoagropecuaria, y alimentos (si agregamos los agronegocios , esta cifra se acerca al 20% ) y genera en forma directa 12 % del empleo nacional, elevándose al 16 % al incluir la producción agroindustrial. Estas cifras ilustran el impacto económico y social de nuestro sector y por lo tanto, su significativo aporte al desarrollo del país.
Estamos convencidos que la Agricultura es y seguirá siendo protagonista indiscutible en el futuro de Chile. Como Colegio Profesional estaremos comprometidos con sus desafíos y desarrollo futuro, como lo ha sido en el pasado y en el presente, comprometiéndonos en estas tareas país en el ámbito y las instancias que nos correspondan.
Claudio Cafati Kompatzki
Ingeniero Agrónomo Ph. D
Presidente
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