Por Francisco Meza
Presidente Comisión de Recursos Hídricos
Colegio de Ingenieros Agrónomos de Chile
Columna publicada en la Revista del Campo el 18 de julio 2022
Se dice que una golondrina no hace verano. En efecto, la incursión de sistemas frontales durante julio del presente invierno hacia el centro norte del país, con lluvias muy esperadas y muy bien valoradas, no asegura hasta ahora un cambio de tendencia de la condición hídrica deficitaria que se ha podido observar durante varios años y en prácticamente todo el país. Este “veranito de San Juan” ya lo pudimos apreciar en 2015 para luego de dos años volver con mayor fuerza al régimen deficitario anterior, provocando no solo disminuciones en rendimiento y calidad de los productos agropecuarios, sino que también generando mortandad de animales, pérdida de plantaciones y disminución de la superficie de cultivos anuales. Se debe, por tanto continuar con los esfuerzos por lograr mantener y aumentar la eficiencia hídrica en todos sus usos, en especial en la gestión y el control del riego en los cultivos.
El cambio climático, ya apreciado por provocar enormes distorsiones en el comportamiento del tiempo, con eventos extremos en muchos lugares del planeta, nos obliga a buscar formas que permitan disponer de agua dulce para la bebida humana y la producción de alimentos para las personas. Combatir la escasez hídrica implica considerar toda posibilidad de nuevas fuentes de agua, continuar explorando con infraestructura hídrica para riego, eficiencia en el uso y analizar las nuevas fuentes, incluida la desalación de agua de mar, recarga de acuíferos y tratamiento de aguas servidas, todo ello bajo un estricto respeto por la conservación y medio ambiente, así como operar en el marco de un esquema de gestión integrada del recurso a nivel de cuenca.
La Comisión de Recursos Hídricos del Colegio de Ingenieros Agrónomos de Chile expresa en su visión la urgente prioridad por avanzar hacia la aplicación de una gestión integrada de los Recursos Hídricos en el país.
Es nuestro deber como profesionales del agro hacer un llamado a toda la comunidad, tanto pública como privada, en no bajar los brazos porque una lluvia no hace invierno y un invierno no asegura un cambio en la tendencia deficitaria de agua dulce observada en nuestro país.