Nota publicada en www.bichosdelcampo.com por Lola López
Agustín Bilbao es ingeniero agrónomo y su nombre resuena asociado al manejo de malezas resistentes y a tecnología de procesos. Es asesor en Agroestudio Viento Sur, en el CREA Necochea Quequén, provincia de Buenos Aires, y socio de AAPRESID. Tiene un hermano, Esteban, que es un agrónomo de avanzada y trabaja junto con él.
-¿Cuáles considera que son los dilemas del agro moderno?
-El primero, producir más y al menor costo versus producir sosteniblemente, o sea, más y al menor costo conservando el suelo, la biodiversidad y la calidad de vida de nuestros empleados, consumidores y pueblos cercanos.
-Ya suena a mucho. ¿Hay más?
-Hay. Otro dilema es agricultura sostenible versus agroecología… aunque este no es un dilema verdadero, son sólo palabras, o un dilema-falacia, porque el verdadero dilema es: producimos sosteniblemente y con eso alcanza o además tenemos que mostrarlo de forma explícita para que nos “vean” los consumidores y la sociedad.
-Sigamos con los dilemas…
-Sigamos con otro dilema relacionado a lo anterior: Ser los más eficientes tranqueras adentro (es lo que históricamente venimos buscando) versus trabajar también en comunicación tranqueras afuera (para acercarnos más a la sociedad) y cabildear. Otro: Vernos como “el campo” y hacer una defensa corporativa del mismo versus enfrentar y denunciar a los que hacen las cosas mal.
-¿Qué papel juegan las malezas resistentes?
-Un papel central. Son el error que comete el protagonista a los 30 minutos de la película y el punto de partida para que se replantee los aspectos profundos de su vida…
-¿Para tanto?
-Sí.
-¿Y hacia dónde vamos en esa pelea?
-Gran parte de “el campo” ya se chocó el problema y entendió que la solución es manejo integral, no solo usar el mejor herbicida… el problema es que ¡todas las mañanas cuando nos levantamos nos olvidamos! Y hay que reflexionar para volver a entenderlo. Somos como El día de la marmota. Pero la pelea es ganable.
-¿Y cómo?
-Tenemos que entender que 1) en verdad no es una pelea, es la naturaleza; las malezas son parte de nosotros y debemos aprender a convivir y poner más naturaleza sobre esa naturaleza; 2) que si manejo bien las malezas y mi vecino no maneja bien las malezas, entonces no estoy manejando bien las malezas; 3) que con arrendamientos anuales tenemos la pelea perdida, incluso sin pelea.
-¿Cómo trabaja usted las aplicaciones inteligentes?
-Con sensores que detectan dónde está la maleza. Hay equipos en el mercado que aplican en barbecho solo donde está la maleza. Leen las malezas en tiempo real, y nos permiten reducir el uso de herbicidas en un 65 a 70%, según la zona.
-¿Qué beneficios implica?
-Esto se traduce en que controlamos mejor las malezas (ya que las aplicamos en el estadio indicado y con 2 modos de acción) y reducimos el impacto en el medio ambiente en 65 a 70%, sobre todo disminuyendo el uso del socialmente delicado glifosato en un 75 a 80%. También representa importantes ahorros en dinero por usar menos herbicidas que, según zona y escala, permite que la tecnología “se pague” en unos 2 a 3 años.
-O sea, un ejemplo de cómo mejorar tecnologías de procesos y disminuir insumos.
-Así es. En Necochea, donde trabajo, en 2018 no había ningún equipo de éstos. En 2019 llegó el primero y, para mayo de 2020, habrá 7. Esto no para y es sólo el comienzo, ya que dentro de unos años se podrá aplicar también dirigido adentro de los cultivos (no solo en barbechos), y no sólo químicos, sino también métodos físicos. Y con robots.
-¿Qué opina de la producción agroecológica, sin uso de fitosanitarios?
-La producción agroecológica es un concepto amplio y no certificado, o sea, sin reglas claras, y por eso hay diferentes versiones. Entiendo que considera ampliar la mente, para producir mientras conservamos el suelo y de forma sostenible como antes dije. La mayoría de estos conceptos en la teoría coinciden con los defendidos desde hace años por Aapresid, CREA, INTA, universidades. El problema siempre aparece cuando lo llevamos a la práctica… Creo q hablar de agroecología está de moda.
-Usted menciona el “activismo hipócrita”. ¿A qué se refiere?
-A defender algo sin entenderlo, levantar banderas porque es romántico. Es ir en contra de algo que se está haciendo pero sin plantear una solución verdadera en su reemplazo. Muchas veces los activistas blanden soluciones que no tienen nada que ver con el problema, por eso lo de hipócrita, es frivolizar temas profundos para ir en contra de “el sistema”. A los 16 años tocaba la guitarra en una banda punk, y era antisistema. Me parece muy normal y lógico. Pero opino que los adultos que siguen yendo en contra sólo porque les gusta ir en contra son… inmaduros. Ojo, también existe el activismo no hipócrita y eso es otra cosa.
-¿Hay algo que quiera agregar?
Voltaire decía: “La ignorancia afirma o niega rotundamente. La ciencia duda”.
Por ejemplo, una verdad es que todos los cultivos son modificados genéticamente. Todos los seres vivos lo son. La discusión debería ser hasta adónde el ser humano tiene el derecho de modificar a la Naturaleza. Y ahí la ciencia sólo puede aportarnos algunas certezas y muchas dudas. Lo afirmo rotundamente porque sé que soy un ignorante en muchas cosas.
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