En el marco de un proyecto Fondecyt, denominado, “Respuesta de la actividad microbiana y enzimática del suelo al incremento global de temperatura en ecosistemas fríos de la Patagonia y Antártica” ejecutado por la Universidad de Concepción, se han realizado colectas de suelos desde la Antártica y la Patagonia chilena.
A partir de dichas muestras de suelo, un grupo de escolares del Colegio San Vicente de Paul, de Chillán, se encuentran realizando el aislamiento y la selección de cepas bacterianas con la habilidad de crecer a bajas temperaturas (psicrófilas) para luego evaluar las habilidades de estas de promover el crecimiento de plantas a través de un aumento en la disponibilidad de nutrientes y a través de la producción de hormonas, en condiciones de baja temperatura.
Así lo explicó la ingeniero agrónomo y académica del Departamento de Producción Vegetal de la Facultad de Agronomía, Macarena Gerding. “Es un proyecto de extensión con alumnos de tercero medio del Colegio San Vicente de Paul. Ellos fueron, en realidad los que manifestaron el interés en hacer algún proyecto con nosotros. Querían hacer algo relacionado con la Antártica, por lo que surgió la idea de utilizar las muestras de suelo colectadas para el proyecto Fondecyt y a los alumnos se les ocurrió que podríamos buscar microorganismos que estén adaptados a bajas temperaturas pero que favorezcan a las plantas de alguna forma”.
El trabajo se ha centrado en el laboratorio de Microbiología de la Faculta de Agronomía, donde los escolares están siendo entrenados en técnicas de laboratorio, en métodos experimentales y en bacteriología, en forma semanal durante tres meses.
“Lo que hemos hecho con ellos es que aprovechando muestras de suelo de Magallanes y de la Antártica, empezaron a aislar microorganismos y a cultivarlos a baja temperatura a 5 y 10 grados, entonces todos aquellos microorganismos que se han desarrollado, los hemos ido estudiando en cuanto a sus propiedades benéficas para las plantas, como por ejemplo si fijan nitrógeno atmosférico y se lo entregan a las plantas o si solubilizan fósforo que también es una característica deseable en microorganismos asociados a las plantas y por último, que no lo hemos hecho todavía, vamos a evaluar si producen hormonas vegetales”, explicó Macarena Gerding.
El grupo de escolares, compuesto por seis compañeros, ya ha participado de proyectos de investigación en años anteriores, por lo que manejan diversas áreas de las ciencias y se sienten muy motivados con esta iniciativa.
En este contexto, Andrés Bustos señaló que, “nos motiva seguir investigando en lo que es la ciencia. Personalmente creo que todo lo que hemos visto acá ha sido muy gratificante, a uno lo motiva muchísimo más”. Su compañero Sebastián Carrasco, agregó que “es interesante conocer el mundo de los microorganismos y también es motivante eso de participar en concursos para poder lograr trabajar en algún proyecto. Además te permite conocer gente y hacer amistades”.
Algo similar sostuvieron sus compañeras. Victoria Sáez dijo que, “a mí me motiva principalmente que en el colegio no se trabaja por ejemplo en laboratorios, se trabaja más lo teórico, entonces esto nos sirve harto para ejercitarnos y practicar lo que podría ser nuestro futuro en la universidad”. Finalmente Daniela Montenegro manifestó que, “son experiencias nuevas que obviamente nos van a servir para nuestro futuro. Incluso esto nos sirve para después nosotros guiar a personas que van por el mismo ámbito”.
Hasta ahora gracias al trabajo desarrollado han encontrado muchas bacterias que crecen a solo 5 grados de temperatura, situación que sorprende a incluso a la guía Macarena Gerding.
“Yo pensé que podía ser algo difícil porque 5 grados es la temperatura del refrigerador, o sea donde no hay desarrollo microbiano prácticamente, y de ellas encontramos unas que son muy buenas solubilizadoras de fósforo, también varias fijadoras de nitrógeno, entonces la idea es que a partir de esta colección de bacterias psicrófilas, que se desarrollan a bajas temperaturas, queremos evaluar después cómo estas promueven el crecimiento de las plantas pensando en que podrían ser una alternativa para usar en las siembras de invierno”, precisó Gerding.
Finalmente la académica destacó la importancia que tiene desarrollar este tipo de iniciativas que también busca fortalecer el vínculo con la comunidad. “Para nosotros es un agrado trabajar con ellos, porque además llegaron por su propio interés. La idea principal es entrenarlos a ellos en ciencias y ellos también tienen como objetivo aprender más de ciencia y en lo posible presentar este proyecto a concursos escolares”.
Cabe agregar que este proyecto cuenta también con la colaboración de Angela Machuca, directora del proyecto Fondecyt y Carolin Córdova, especialista en fertilidad de suelos.
Comentarios recientes