Por el Presidente Nacional del Colegio de Ingenieros Forestales de Chile, Roberto Cornejo Espósito.
Es conocida la importancia del sector Forestal y la relevancia de esta actividad en las economías Nacional y Regional, siendo además el segundo rubro de mayor relevancia en las exportaciones después de la gran minería, teniendo el plus que se basa en la explotación de recursos naturales renovables, asegurando su desarrollo sostenible y sustentable en el tiempo.
También es necesario integrar fuertemente el tema social y ambiental, que pueda lograrse un desarrollo sustentable y adecuado a la realidad actual; efectivamente, las grandes empresas han tomado con mayor responsabilidad tales temas, incorporando las certificaciones forestales, en las cuales deben cumplir los aspectos sociales, ambientales, como también el desarrollo sustentable y armónico con el medio ambiente.
Es así que actualmente se puede notar un cambio en estos temas; sin embargo, es un camino que se debe recorrer con gran energía, para que este cambio de hacer las cosas, sea tomado por todo el sector forestal y se pueda avanzar en los temas de desarrollo forestal con mayores criterios socioambientales, que permitan un desarrollo integral de todos los actores, principalmente los pequeños propietarios, que no siempre han logrado los beneficios de este sector productivo.
Actualmente, existen más de 1.500.000 hectáreas de suelos desarbolados y en su mayor parte degradados, los cuales presentan grandes procesos erosivos, que se encuentran en manos de los pequeños y medianos propietarios; son estas superficies a las que debemos darles una respuesta real.
Consideramos que son estos suelos a los que el Estado debe apoyar en forma más decidida, definiendo adecuadamente los sectores en que es posible incorporar especies de rápido crecimiento, tomando en cuenta las consideraciones ambientales, como quebradas, cursos de agua y otros, teniendo presente que hay sectores en que es posible incorporar bosque nativo con adecuado resultado, promover actividades y proyectos de mayor incentivo, como el caso de forestaciones con quillay en que puedan desarrollarse con proyectos apícolas y extracción de saponina (como ejemplo).
Lograr incorporar estos terrenos erosionados a la actividad forestal, permite por una parte disminuir la erosión de los suelos, como también darles una posibilidad de desarrollo a los pequeños propietarios y tener una mayor disponibilidad de madera, lo que da la posibilidad de ofrecer a las pequeñas y medianas empresas forestales (Pymes Forestales) materia prima disponible para sus actividades productivas.
En este proceso estimamos imprescindible contar con el apoyo del Estado, tanto para la formación del recurso como también en el manejo de sus bosques, de manera que puedan obtener un adecuado desarrollo y logren la mayor producción de su recurso.
Además de lo anterior, se debe considerar mantener un seguimiento a estos pequeños productores, en que se les apoye en obtener una asociatividad entre ellos, de manera de lograr comercializar sus productos en forma adecuada y sea posible obtener mejores precios y otros mercados para sus productos forestales.
Estimamos, asimismo, que es el momento de impulsar más decididamente el desarrollo de los pequeños y medianos propietarios, es incomprensible que ahora en los suelos disponibles, que en su mayoría se encuentran erosionados y en los sectores mas desfavorables, tanto para plantaciones de rápido crecimiento y para plantaciones de bosques nativos, exista la intención de realizar concursos para la obtención del apoyo estatal, mientras que anteriormente, cuando se encontraban disponibles los mejores suelos, quienes obtuvieron el beneficio estatal fueron las grandes empresas forestales.
Es hoy cuando podemos apoyar más decididamente a este sector de propietarios más desprotegidos, los cuales se encuentran en los suelos más pobres y que tienen una posibilidad de desarrollo, y no les estemos negando y complicando las posibilidades de avanzar en su progreso.
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