Programa de Difusión Tecnológica del INIA La Cruz demostró que mediante el uso de sensores de humedad de suelo se pudo establecer la cantidad de agua que necesita el palto, considerando una estrategia de riego diferente para cada uno de los 25 predios de productores de la Región de Valparaíso.
Seminario de finalización del Programa de Difusión Tecnológica “Incremento de la competitividad de los productores de palto ‘Hass’ de la Región de Valparaíso mediante la transferencia y capacitación del uso de sensores de humedad de suelo”, concluyó que a partir de la información que entrega la tecnología de los sensores de humedad se puede ajustar los programas de riego, mejorando el momento de reposición de agua y su distribución dentro del suelo y así optimizar el uso de este recurso.
El grupo de investigación integrado por Raúl Ferreyra Espada, Rodrigo Candia Antich y Pamela Díaz Jara explicaron que se trabajó con distintas condiciones de campo en cuanto a tipo de suelo, clima y tipo de riego. Se trabajó además con diferentes modelos de sensores por lo cual el ajuste de frecuencia y tiempo de riego varió según las características de cada campo e incluso sector de riego.
Durante el seminario se hizo una presentación audiovisual del Programa de Difusión Tecnológica, además expusieron el tema “Monitoreo de Humedad de Suelo: Estrategia Riego por fenología, Riego-Productividad Paltos” a cargo de Andrea Roa Barajas, Ingeniero Agrónomo, Consultora Diestre Tecnología Limitada, CDTEC Ltda; “Casos exitosos en el uso de sensores de humedad en palto” dictada por Francisco Olivares Padilla, Ingeniero Agrónomo, Morph2o Latino América Ltda.
Raúl Ferreyra, investigador del INIA La Cruz, quien expuso la charla titulada “Manejo de riego y uso de sensores en condiciones de recursos hídricos restringidos” dijo que esta “tecnología permite estimar los requerimientos de agua en palto en forma más precisa, para mejorar la eficiencia del riego, lo que se traduce en ahorro de agua y energía, cuando se trata de riego ya sea por goteo o por aspersión”.
El experto destacó la importancia de contar con un adecuado sistema radicular, ya que de esa manera la planta absorbe mejor el agua y los nutrientes necesarios. El período más sensible del déficit hídrico, puntualizó, es la primavera e inicio de verano. “En este período se desarrolla el sistema radicular, la parte vegetativa, se requiere el zinc, boro y calcio, se definen el número de células en el fruto y se produce una caída importante de fruta”.
El especialista del INIA mostró diferentes estudios donde se observó el ajuste de un programa de riego a través del uso de sensores de humedad de suelo de registro continuo (FDR), indicando mediante gráficos el agua disponible para las planta a distintas profundidades dependiendo del hábito de crecimiento y desarrollo radicular de la planta. “La recomendación es minimizar el efecto de la restricción hídrica al regar con baja frecuencia, volviendo la humedad del suelo a capacidad de campo después de cada riego”. Los estudios del INIA demuestran que entre 100 y 60% del agua disponible total, la que corresponde al 40% de agotamiento del agua disponible para las plantas, es un umbral que le permite al palto extraer agua sin presentar problemas de déficit hídrico, además de mejorar la cantidad de oxígeno para las raíces y evitar problemas de asfixia.
En este proyecto, participaron 25 productores como los beneficiarios directos del programa, distribuidos en cuatro provincias de la Región de Valparaíso: Marga Marga, Quillota, San Felipe y Petorca. Este grupo fue capacitado en diferentes temas relacionados con el funcionamiento de los equipos de riego y sensores de humedad, lectura e interpretación de las gráficas que entregaron las estaciones de monitoreo así como la toma de decisiones del momento oportuno de riego.
Pablo Basualto, administrador de la Parcela 57, Cabildo, Provincia de Petorca fue uno de los integrantes de este proyecto. “Los sensores me sirvieron para llevar un registro histórico de la dinámica de extracción del agua dentro de la planta. El campo que administro, históricamente se regaba por goteo y buscábamos una estrategia de riego. Con la instalación de los sensores fuimos modificando este programa de riego y aprendimos a ocupar el software, a hacer una correcta interpretación de las lecturas y los datos gráficos que entrega el instrumento”.
La experiencia del resultado más evidente que obtuvo este productor tiene relación con un cambio importante en la estrategia de riego. “Para lograr la profundidad que se requería, nos dimos cuenta que con el riego que aplicábamos no era suficiente y con el sensor ajustamos el tiempo entre 4 a 5 horas disminuyendo la frecuencia entre riegos. El hecho de distanciar la frecuencia nos permitió alcanzar una mayor profundidad de riego, con lo cual logramos un mayor porcentaje de suelo mojado y provocamos una mayor aireación u oxigenación para el desarrollo de las raíces en suelo, lo que a su ver repercutió favorablemente en la condición aérea del árbol”.
El programa fue ejecutado en un período de 20 meses, con financiamiento de Corfo de $43.469.311, y un cofinaciamiento del sector privado e INIA, totalizando un presupuesto para su desarrollo de $62.598.965.
El equipo de profesionales de INIA se trasladó a cada provincia para impartir las capacitaciones con cerca de 50 horas, logrando un total de tres cursos, doce talleres y tres días de campo, además de entregar material escrito de apoyo que consistió en cuatro informativos técnicos.
Asimismo, se establecieron tres unidades demostrativas donde se instalaron capacidades en el manejo del riego y la mejora de la eficiencia energética mediante la utilización de sensores de humedad.
Su misión es generar y transferir conocimientos y tecnologías estratégicas a escala global, para producir innovación y mejorar la competitividad del sector agroalimentario. www.inia.cl
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